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Beatriz

Despegamos...


Bienvenidos, a una nueva entrada en mi blog…

Para continuar, hay que volver un poco atrás, retornar a esa etapa tan bonita o por lo menos de descanso para muchos como es el verano.

Pues bien, durante esta época y viendo el éxito que habían tenido mis fotos, empecé a darle vueltas a una idea, el ser modelo de fotografía. Muchísima gente, entre ellos fotógrafos me habían dicho siempre lo mismo que era muy fotogénica, pero nunca me lo había tomado en serio, hasta que de repente, le das vueltas y vueltas y más y más vueltas, preguntas a unos, preguntas a otros y al final, te decides a hacerlo, por lo que mi segunda sesión iba a ser realmente mi primera ya con un propósito diferente a medias.

A ver, digo a medias porque decido meterme en esto por oír a tantas mujeres no quererse, decir que les da vergüenza ponerse en bikini en una playa, siempre quejándonos por estar gordas, delgadas, por tener pecho, por no tenerlo, porque aunque esté delgada tengo muslos grandes y así un largo, largísimo etc… todo esto unido a ver catálogos de por ejemplo vestidos de madrinas puestos en chicas de 20 años y delgadísimas cuando una madrina suele ser mayor y precisamente tan delgada o ya con ese cuerpo estupendo, no. En fin, que me cabrean que nos vendan unos cánones de belleza que no existen para nadie, cada una es como es y para eso debe de haber diversidad en las pasarelas y en los catálogos y no engañarnos con Photoshop.

Dicho todo esto, como comenté en el anterior blog, ante las largas recibidas para hacer la segunda sesión con el primer fotógrafo que trabajé, que dicho sea de paso fue una de las personas que me animó, leyendo un día un comentario precioso de un fotógrafo en el face, decidí hablar con él, no para hacer mi segunda sesión, ya que necesitaba hacerla con alguien de confianza, sino para hacer algo en algún otro momento, ya que me pareció una persona súper sensata y con una sensibilidad única para la fotografía. Pasaban los días y tenía que empezar a despegar, así que las circunstancias de la vida hizo que fuese la suya mi segunda sesión o lo que digo yo, mi despegue…

Hablamos durante días de como podía ser, intercambiamos ideas, pareceres, puntos de vista, miramos hoteles, vestuario… hasta que nos decidimos por el día de hacerla, el 21 de septiembre…

Igual que la otra vez, estaba muy nerviosa, mucho mucho, antes de hacer la sesión, nos reunimos un día para por lo menos conocernos, cosa que agradezco a todos los que lo hacen porque es una forma de por lo menos ese día ir un poco más tranquila.

Compré lencería, busqué zapatos, sombreros, “joyas” de todos los lados, incluidas las perlas que dicho sea de paso, ¡no me gustan! corsets… en fin, todo lo posible, era mi sesión que daba el pistoletazo de salida, mi carta de presentación hacia este mundo.

Nos decidimos por un hotel de lujo en el centro de Madrid, hotel que curiosamente está ligado a un libro “El Despertar de Volvoreta” de una escritora amiga, Rosa Castilla que recientemente he descubierto y estoy encantada con ella, enamorada de su libro, esperando el segundo y por supuesto, aquí tiene una admiradora y amiga para siempre.

Y yéndome por las ramas como de costumbre, esperamos que llegase el día esperado…

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